domingo, 16 de febrero de 2014

EVANGELIO

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: ["No creáis que he venido a abolir la Ley  y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán  el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que  se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres  será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será  grande en el reino de los cielos.] Os lo aseguro: Si no sois mejores que los escribas y  fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado.  Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. [Y si uno  llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama  "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda  sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí  tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces  vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida,  mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y  te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el  último cuarto.]

Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a  una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. [Si tu ojo  derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado  entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te  vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: "El que se  divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de  su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la  divorciada comete adulterio.]

Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al  Señor". Pues yo os digo que no juréis en absoluto: [ni por el cielo, que es el trono de  Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del  Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo.]  A vosotros os basta decir "si" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno."

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