EL SIGNIFICADO DE PENTECOSTÉS

Para entender el verdadero sentido de la solemnidad de Pentecostés, es necesario partir del texto bíblico que presenta la narración:

 "Cuando el día de Pentecostés, los discípulos estaban todos reunidos en el mismo lugar y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento fuerte, el cual llenó toda la casa donde estaban. Entonces se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la Tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. "(Hechos, 2, 1-6). Este pasaje presenta el nuevo curso de la obra de Dios, fundada en la Resurrección de Cristo, una obra que envuelve el hombre, la Historia y el cosmos.

El Catecismo de la Iglesia Católica dice: "En el día de Pentecostés (siete semanas a finales de Semana Santa), la Pascua de Cristo se completó con la efusión del Espíritu Santo, que se manifiesto, se donó y comunicó como Persona Divina: de Su plenitud, Cristo el Señor derrama su Espíritu en abundancia "(CIC, n. 731).

En esta celebración, se nos invita y envía a profesar al mundo su presencia (del Espíritu Santo). E invocar la efusión del Espíritu para renovar la faz de la tierra y actuar con la misma intensidad del evento inicial de los Actos de los Apóstoles en todos los pueblos y naciones.

Por esta razón, debemos entender el significado de la Tercera Persona de la Trinidad: "El término se traduce la palabra hebrea Espíritu Ruah, que en su primera acepción, significa soplo, aire, viento. Jesús usa con precisión la imagen sensible del viento para sugerir a Nicodemo la novedad trascendente del que es personalmente el Soplo de Dios, el Espíritu Divino. Por otro lado, Espíritu y Santo son atributos divinos comunes a las Tres Personas Divinas. Sin embargo, con la adición de los dos términos, la Escritura, la Liturgia y el lenguaje teológico designan la persona inefable del Espíritu Santo, sin ningún tipo de ambigüedad posible con los demás usos de los términos espíritu y santo "(CIC N. 691).

La solemnidad de Pentecostés es un hecho determinante para toda la Iglesia, para los pueblos, porque en ella empieza la acción evangelizadora para que todas las naciones y lenguas tienen acceso al Evangelio y a la salvación a través del poder del Espíritu Santo de Dios.

El Papa Benedicto XVI habla sobre el proceso de reunificación de los pueblos a partir de Pentecostés: "se inicia un proceso de reunificación de las partes de la familia humana, dividida y dispersa; las personas, muchas veces, reducidas a individuos en competición o conflicto entre si, alcanzadas por el Espíritu de Cristo, se abren a la experiencia de Comunión, que puede comprometerlas lo suficiente como para hacer de ellas un nuevo organismo, un nuevo sujeto: la Iglesia. Este es el efecto de la obra de Dios: la unidad. Por lo tanto, la unidad es el signo de reconocimiento, la tarjeta de presentación de la Iglesia en el curso de su historia. Desde el principio, del día de Pentecostés, habla todos los idiomas. La Iglesia universal precede a las Iglesias particulares, que deben conformarse siempre con ella, de acuerdo a un criterio de unidad y universalidad. La Iglesia nunca permanece prisionera de un orden político, racial o cultural; no debe confundirse con los Estados, incluso con la Federación de los Estados, debido a que su unidad es de otro tipo y aspira a atravesar todas las fronteras humanas " (Benedicto XVI, Homilía en la solemnidad de Pentecostés, 23 de mayo 2010).

Necesitamos que el Espíritu Santo, el Paráclito en nuestra época: Veni, Sancte Spiritus !

Padre Reinaldo

Comunidad Canción Nueva