viernes, 2 de noviembre de 2012

EL PECADO, LA SOCIEDAD Y LA BATALLA

Escuchaba yo ayer en la radio una nota sobre una encuesta que decía lo siguiente: cuanto más desarrollado es un país, mayor es el porcentaje de ateos y cuanto más subdesarrollado, mayor es el porcentaje de creyentes.

Por supuesto, los presentadores trataron de relacionar la falta de educación con la experiencia religiosa, insinuando que en las sociedades avanzadas la gente puede discernir la realidad de la "fantasía" religiosa.

Pero en realidad, lo que ocurre precisamente lo contrario... a más organizada una sociedad, más se crea la falsa impresión de que todo funciona y está bajo control. En este sentido, no es que las personas se dan cuenta de que Dios no existe, lo que pasa es que simplemente se olvidan de Dios, creyéndose autosuficientes. Esta "ilusión de la autosuficiencia" es absolutamente normal en todos nosotros y tiene un nombre bien conocido: el pecado original.

Así es ... y tú creyéndote que se refería a manzanas mordidas y sexo en el paraíso ... El pecado original es simplemente esa manía que todos tenemos de creer que estamos al mando y no necesitamos a nadie. En particular, a Dios. Por lo tanto, lo dejamos a un lado y olvidado... hasta que sucede algo que nos recuerda que no somos los amos del universo.

Este olvido provoca atrocidades, aunque disfrazada de "progreso" o "libertad". La mayoría de los países avanzados oficializó prácticas de las civilizaciones bárbaras, abolidas hace mucho tiempo en las sociedades modernas. ¿Quieres ejemplos? Aborto. Eutanasia. La privación de individualidades (control ideológico, persecución religiosa). Estímulo a la promiscuidad (prostitución reconocida como una profesión), etc. Pero todo muy organizado y pulcro... Se matan bebés, pero con la debida documentación, y sin imágenes. Exponen mujeres semidesnudas en escaparates como la carne en una carnicería pero, eso sí, pagando impuestos. Mira cuántos avances... al pensar que esto es lo que los medios de comunicación promocionan como lo mejor y más avanzado! En el fono, absolutizar al hombre, en última instancia, hace que todo sea más inhumano.

Ahora, mirando un poco más hacia nosotros, ¡eso también pasa en nuestro día a día! ¿Has rezado hoy? Si lo hiciste, fue para pedir algo específico? ¿O podrías acordarte de rezar y dar gracias, incluso cuando todo parece ir bien y bajo control? No siempre es fácil... a veces nos olvidamos de Dios cuando todo se ve bien. Es algo así como "no te metas que sé lo que hago." Lo hacemos todo el tiempo.

El Pecado Original está aquí... lo llevamos con nosotros. El bautismo lo ha vencido, pero hay que luchar todos los días para no dejarlo regresar y asumir el control. Pero para eso, así como cualquier otra cosa en la vida, se necesita mucha dedicación y fuerza de voluntad.

¿Y tú? ¿Ya iniciaste tu batalla de hoy? Recuerde que la oración no es la única, pero es el arma más poderosa del cristiano en esta batalla.

¡Abrazos!

Fuente: OCatequista

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