PROFESOR LAZHAR
Dirección: Philippe Falardeau.

La tolerancia religiosa, el aprecio por otras culturas, la consigna del esfuerzo, el exilio político, la necesidad (o no) de hablar de la muerte y el conocimiento del Otro están en la esencia de Profesor Lazhar, premio al guión y de la crítica en la Seminci, además de candidata al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 2011, un tanto en la línea de las francesas “Hoy empieza todo” y “La clase”, pero con un tono menos documental y más sentimental (en el buen sentido), más emocionante. Un trabajo que no da respuestas, pero que se hace continuas preguntas, como esa que trata de diferenciar entre enseñar (transmisión de conocimientos, al parecer tarea del profesor) y educar en un modo de vida (tarea de la familia), tal y como reclama al maestro un padre no demasiado comprensivo. Desde luego, algo hemos debido hacer mal para llegar a situaciones tan sangrantes como las que se muestran, a través de una puesta en escena cargada de sutilezas. Si un profesor no le puede dar un abrazo a un alumno (tampoco una colleja), en pos de la distancia, es que algo falla, no tanto en el castigo como, sobre todo, en el abrigo. ¿La culpa? Quizá de todos: políticos, educadores, inspectores, pedagogos, padres y alumnos. Profesor Lazhar, pedagogía cinematográfica.
Dirección: Philippe Falardeau.
Intérpretes: Mohamed Fellag, Sophie Nélisse, Émilen Néron, Danielle Proulx, Seddik Benslimane.
Género: drama. Canadá, 2011.
Duración: 94 minutos.
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