El Espíritu Santo que habita en ti, desde el día de tu
bautismo, viene a orar en ti y clama “Ven”. Nosotros recibimos el Espíritu
porque oramos, pero oramos porque recibimos el Espíritu.
Que el sediento venga y que el hombre de buena voluntad
reciba del agua de la vida. Es necesario tener sed de Dios. “Aquel que tenga
sed que venga”. Para recibir el Espíritu Santo es necesario querer. ¿Tú quieres
verdaderamente ser lleno de Él? Es necesario querer de verdad, pues en un
corazón de mala gana el Espíritu no puede entrar.
El Señor no tira puertas para entrar. Solo entra en un alma
que sea abre para Él. Es necesario reconocerse necesitado.
Jesús no vino para los que se creen justos y buenos, sino
para los necesitados, pobres y pecadores. Cuanto más necesitamos de Dios, más
lo recibiremos. El Señor te llenará con todo el Espíritu que necesitas para
este día, pero para eso es necesario vaciarse. Si quieres estar lleno de dios,
tienes que vaciarte de ti mismo. Entonces, Él te dará todo el Espíritu Santo
que eres capaz de recibir. Cuanto más necesitado estés, más vas a recibir.
“Por eso yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y
encontrarán; llamen, y Dios les abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que
busca encuentra, y al que llama, Dios le abre. ¿Qué padre entre ustedes, si su
hijo le pide un pez, le da una serpiente en lugar del pescado? ¿O si le pide un
huevo, le va a dar un alacrán? Pues si ustedes aun siendo malos, saben dar a
sus hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a
los que se lo pida? (Lc 11, 9-13)
No existe, en esta vida, nada tan bueno como el don del
Espíritu Santo para pidas. Necesitas pedir y querer. Esas dos cosas no son
iguales, porque muchas personas piden sin querer; rezan, porque otro está
rezando. Piden de la boca para afuera. Eso no es pecado, pero tampoco es bueno
porque es preciso decir queriendo, decir con la boca lo que estás sintiendo en
el corazón.
Nosotros no fuimos llamados por Dios para una experiencia
sin vida, descalificada. No tengo dudas y si que tu tampoco de que el Espíritu
Santo esta en tu corazón. Hoy, el Señor quiere darte una efusión tan gran del
Espíritu que las personas, cuando te vean, van a decir: “¿Qué paso contigo” Y,
entonces, podrás responderles: “El Espíritu Santo poso sobre mi”. Tú siempre
tuviste el Espíritu Santo dentro, pero hoy, el Señor quiere dejar de ser un
simple huésped. Él quiere darte más de lo que ya recibiste. Tú no puedes
negarte a esa prueba de amor. Será tanto amor derramado sobre tu corazón que va
a ser imposible no experimentar el don de lágrimas. Vas a pisar las nubes,
porque el amor hace temblar nuestras estructuras.
Cuando tú rezas, aquello que escuchaste o leíste acontece
para ti. Cuando clamas por el Espíritu Santo, todo podrá suceder.
¿Quién necesita y ha pedido a Dios por su sanación interior?
¿Quién clama por una liberación? ¿Quién necesita rezar por su familia? Tu no
tiene idea de lo que va suceder cuando pidas (queriendo) “Ven Espíritu Santo”.
“Ven Espíritu Santo, bautízame, quiero encendido por tu consuelo.
Yo creo que cuando te acepte como Mi Señor, me volví uno contigo. Todo lo que
eres, habita dentro de mí. Sé que mi vida, mis fuerzas nacen de tu amor. Creo
que cuando pida, tú Señor, me responderás con fuerza y sabiduría.
Clamo también para que derrames sobre mí tus dones de
santificación, sabiduría, prudencia, coraje, ciencia. Reconozco que necesito de
ellos en mi vida. Clamo y te pido que liberes en mi vida los dones
carismáticos”.
Marcio Mendes
No hay comentarios:
Publicar un comentario
O noso blog necesita dos teus comentarios!