miércoles, 7 de marzo de 2012

QUÉ SIGNIFICA SI DIOS QUIERE

Siempre damos por supuesto que sabemos qué significa “creer en Dios”. Pero más allá de unas ideas que el creyente dice tener y el ateo no (hay un ser superior origen de todo, etc.) me gustaría explicar una actitud que (a mi modo de ver) el hombre religioso tiene y el ateo no.

Me refiero a la que queda reflejada en la frase popular “Si Dios quiere”.

El creyente es plenamente consciente que su vida no depende de sí mismo, que él es un ser dependiente y que aunque tenga un poder efectivo y decisivo sobre su vida, hay una instancia última, distinta de sí mismo y sobre la que él no tiene control que es de quien depende todo. “Si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles”.

Pero ¿acaso no sabe esto también el ateo? ¿No sabe, por ejemplo, que el poder sobre la propia salud no es total?

El ateo tiende a olvidarlo. Zubiri dijo hace mucho en “Naturaleza, historia y Dios” que el ateísmo es la soberbia de la vida. La soberbia consiste en creer que no necesitas de nada ni de nadie. Soberbio es el que se cree Dios. Por el contrario el creyente es el que sabe que se encuentra “en manos de Dios”. “Si Dios quiere”. El creyente sabe que en último término “lo suyo” no es suyo, lo ha recibido de otro y en cualquier momento le puede ser arrebatado. Quien cree en Dios recibe la vida como un don y de ahí viene la actitud de alabanza y gratitud. El creyente se siente agradecido de vivir porque la vida es un regalo que le ha sido dado y en la que somos mantenidos por Dios.

¿Pero acaso el ateo no es también consciente que hay algo que constituye el fundamento de su vida, algo que no es él? Sí, también el ateo experimenta el poder de lo real, ese “suelo” sobre el que hacemos pie y en el que nos apoyamos para vivir, pero lo interpreta como la pura facticidad. Para él es un hecho que no somos omnipotentes y necesitamos de “la vida” para vivir.

Puede que ambos sepan esto pero el creyente vive esta dependencia con esperanza, confiado. Ser dependiente no es para él una maldición, “ser hijo” y depender de un padre no es algo malo sino algo motivo de gratitud. El ateo desearía tener todo el poder él mismo y en ocasiones se siente todopoderoso y cree que todo depende de él. ¿No es acaso esa actitud la del hombre actual? ¿No percibís que el ser humano se cree con poder para decidirlo todo a su antojo? En Ética por ejemplo, el hombre contemporáneo cree que bueno o malo es aquello que nosotros decidamos que es bueno o malo. Como si no tuviéramos que reconocer y someternos a un modo de ser de las cosas (y por ende de nosotros mismos) que no decidimos nosotros. O sea como si la actitud más lógica ante la vida no fuera el “si Dios quiere”.


Loiayirga

1 comentario:

  1. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA

    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente

    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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