viernes, 17 de febrero de 2012

LA BUSCA BASTA

(Mc 1, 36-39) Simón y sus compañeros salieron a buscarle; y, cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te buscan». Y les dijo: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que se predique también allí, pues para esto he venido». Y pasó por toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.


Este Evangelio nos dice brevemente, casi sin decirlo, algo fundamental: a Jesús le basta con que le busquen. No es que se tenga la mitad del camino andado por buscarle, sino casi todo, por lo visto. A fin de cuentas, Él, por Dios, es infinito, y nos pasaremos la eternidad buscándole, y hallándole, para descubrir, encantados, que hemos de seguir buscándole, del deseo a la sorpresa y más, con el corazón a mil. 

Jesús no puede ser más claro: "¿Todos me buscan? Bien, pues ya está: misión cumplida. Vamos rápido a predicar a otro sitio, que para eso he venido, o sea, para que me busquen". Y ese remate del narrador, casi con la lengua fuera, "pasó por toda Galilea" implica que no se entretenía mucho... 


Enrique García-Máiquez

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