5. Día de reconciliación fraternal.
En
nuestra reunión dominical proclamamos el amor mutuo, nos damos la mano, nos
concedemos mutuamente la paz, nos otorgamos el perdón.
Esta sociedad herida, llena
de cicatrices, tiene necesidad de lugares y momentos terapéuticos. Y sobre todo
de seres verdaderamente humanos.
Recuerda el dicho: "Hay personas cuya
sola presencia es como una absolución". Pero esta calidad de corazón la
vas adquiriendo y reforzando en la asamblea dominical.
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