4. Día de alimentarte con la Palabra de Dios.
En medio de tu vida diaria y de tantas palabras que vas oyendo, necesitas escuchar de nuevo las parábolas y enseñanzas de Jesús, los consejos siempre actuaies de san Pablo. Necesitas constantemente, al menos una vez cada semana, ser interpelado y cuestionado por la palabra de Dios. Esa palabra debe llegar a tocar tu corazón y hacerla arder, como aconteció con los discípulos de Emaús.
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