domingo, 27 de febrero de 2011

No os agobiés por el mañana


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


-”Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
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Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando que vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?


¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?


¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.


Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos. “

viernes, 25 de febrero de 2011

EDUCAR

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca...
hay que medir, pesar, equilibrar...
. . . y poner todo en marcha.

Pero por eso,
uno tiene que llevar en el alma,
un poco de marino...
un poco de pirata...
un poco de poeta
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que este navío
llevará nuestra carga de palabras,
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando, un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos,
seguirá nuestra bandera
enarbolada.

Gabriel Celaya

viernes, 18 de febrero de 2011

Lectura agridulce

Después de leer el Lazarillo de Tormes (s. XVI), me he quedado con cierto mal sabor de boca.
Al margen de ser una obra revolucionaria, y un clásico de la literatura y todo eso, no me dejaron de sorprender las espantosas anécdotas que Lázaro vivió al lado de clérigos y religiosos, que en sus vivencias fueron tacaños, promiscuos, violentos y corruptos.
No menos notable es la forma utilitarista con que el muchacho vive la religión.
El cuento me hace plantear unas cuestiones:

  • ¿En que grado estos personajes reflejan la realidad? 
  • ¿Habrá sido escrito con intenciones anticlericales (del autor o de alguna corriente de pensamiento de la época)?
  • Si dentro de 400 años alguien leyera ciertos artículos actuales sobre la Iglesia, ¿qué pensaría?
Mientras me decís vuestra opinión, me voy a leer a Chesterton para animarme.

lunes, 14 de febrero de 2011

¡Lo sacas de contexto!


Cuántas veces no hemos leido: "Interpretación sesgada pues estaba sacada de contexto". En efecto la misma frase tiene 'colores' distintos según sean las frases previas o siguientes pronunciadas.

Esto es especialmente así en el caso de la Biblia, en que ¡los cambios culturales, sociales, religiosos etc se extienden sobre 1500 años aproximadamente!

Para no sentirnos perdidos, invitamos al visitante con apetito de la Palabra de Dios a dar un pequeño paseo por la Biblia situando cada libro en su contexto. Si es tan amable, entre aquí.