jueves, 13 de enero de 2011

Escucha, Dios

Yo nunca hablé contigo. Hoy quiero saludarte.
-¿Cómo estás? ¿Sabes? Me decían que no existes, y yo, tonto creí que era verdad. Anoche vi tu cielo. Me encontraba oculto en un hoyo de granada. iQuién iría a decir que para verte bastaba con tenderse uno de espaldas!
No sé si aún querrás darme la mano: al menos, creo que me entiendes. Es raro que no te haya encontrado antes, sino en un infierno como este. Pues bien... Ya todo te lo he dicho, y aunque la ofensiva nos espera para muy pronto, Dios, no tengo miedo, desde que descubrí que estabas cerca.
¡La señal! Bien, Dios: yo debo irme.
Olvidaba decirte que te quiero. El choque será terrible. En esta noche·.¡quién sabe! tal vez. llame a tu cielo. Comprendo que no he sido amigo tuyo. Pero... ¿me esperarás si hasta Ti llego?
¡Cómo! Mira Dios: ¡estoy llorando! Tarde te descubrí...¡Cuánto lo siento! Dispensa, debo irme. iBuena suerte! (Qué raro: sin temor voy a la muerte...)

(Poema encontrado sobre el cadáver de un soldado norteamericano muerto en acción de guerra).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

O noso blog necesita dos teus comentarios!